Biografía

Francisco Cotto Rubiales, Paco Cotto, nació en Las Cabezas de San Juan, en uno de los más bellos rincones de Andalucía: El Rincón Malillo.

Estudia Bellas Artes en Sevilla de la mano de otro gran pintor cabecense: Juan Britto. Desde muy jóven expone su obra desde Sevilla hasta París (Galería Theos Duncal) pasando por Soria, Segovia, Santiago de Compostela, Madrid y Barcelona, y un largo etcétera de ciudades, donde sus habitantes tuvieron la gran suerte de admirar la obra de Paco.

Una segunda época en Madrid le hace conocer a artistas, políticos y gente relacionadas con la cultura de aquella época. De Paco se han dicho muchas cosas. Pero sólo citaremos lo que de él dijera el universal don José María Pemán: En sus pinceles está el verdadero duende del arte andaluz.

Con sólo veinticuatro años, llega a exponer en Washington. En 1973 lo hace en Sevilla por última vez. Paco, entonces, se nos pierde, se retira. Pero como los grandes artistas vuelve en 1995 y expone en su pueblo natal veintidós años después, con mas sabiduría, con mas madurez, con mas conocimientos. No se perdió Paco como se temía, sino que, como un nuevo Guadiana, vuelve a resurgir, y esta vez con mas brío y con mas fuerza.

Desde 1995 su actividad es incesante (con múltiples muestras principalmente en la provincia de Sevilla), siendo ésta la primera ocasión en que expone en Ceuta.

Cincuenta años. “Más viejo, pero más sabio”. Con esta frase se mantenía a una promesa muy noble, pero que lo esterilizó durante muchos años. Tuvo miedo él, tan valeroso, a que lo volvieran a poseer los demonios de la bohemia, que por otra parte, tanto lo enriqueció y se impuso el corsé de a disciplina.

Hoy, con la madurez, vuelve a la pintura con más brío porque ha hecho compatible la serenidad con la creatividad. Resurge de lo que parecían sus cenizas y empieza de nuevo a volar muy alto. La crítica que hacíamos ayer (20 años) es valida para hoy. Los colores, el vigor, e movimiento los rasgos, los claroscuros, la composición,… todo al día. Parece que ha sido capaz de detener el tiempo.

Tuvo el mundo a sus pies y prefirió una choza. Y trabajó con las manos. Llegó a Madrid muy joven y Madrid se le rindió.La Puerta de Alcalá se le quedó chica. En Frase de Sively Valle “fue el pintor mas moderno que entró en Madrid”. Y los tipos de imprenta volvían locos a los cajistas, porque se agrupaban solos para componer sus crónicas. Y las cámaras fotográficas apuntaban a él entre los personajes de la gran sociedad. Buscad las revistas de la época.

Su gracia, sus reflejos, su espontaneidad y su arte servidos por una inteligencia clara y cultivada le situaron muy alto. Impuso su personalidad sin hacer dejación de sus raíces. Sin conceder nada a la galería. Las miles de veces que pintó su Pueblo Andaluz lo proclama.

Todo esto no se concibe sin un gran espíritu y una gran sensibilidad que, a su vez, origina luchas internas a veces estremecedoras que aún conociéndolas, somos incapaces de valorar. Presa dócil de todos los demonios con los que lucha a diario y de esa lucha sale enriquecido. A costa de dejar en ella jirones de su propia alma. Nunca se vendió al Diablo ni se dejó vencer por él. Por eso crea. Por eso es distinto. Yo sólo he querido trazar un bosquejo de su personalidad. Su obra ahí la tenéis. A ustedes corresponde juzgarla.

 

Pedro de Miguel